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4 Nominaciones Premios ACE "LOS INVERTIDOS!!

Actor espectáculo alternativo: Emiliano Dionisi.
Revelación masculina: Gustavo Pardi.
Director espectáculo alternativo: Mariano Dossena.
Espectáculo teatro alternativo: "Los invertidos". El X Teatro.











"LOS INVERTIDOS" EN DIARIO POPULAR

"LOS INVERTIDOS" EN LOS INEVITABLES de PAGINA 12



las12

Viernes, 24 de junio de 2011

DIEZ PREGUNTAS A MAIA FRANCIA *

“En 1900, mi vida hubiese sido aburrida”

Por Clarisa Ercolano

1) ¿Alguna vez pensaste que sería bueno ser hombre durante un día?

–Sí, varias veces. Sobre todo en la adolescencia. Es la fantasía de toda hija única cuando una quiere hacer determinadas cosas que les permiten a los varones y a una no. Pero en la esencia no cambiaría por nada mi condición de mujer. Creo que lo ideal sería ser hombre una semanita al año, y suficiente.

2) ¿Cómo llegaste a Los Invertidos?

–Me convocó Pablo Silva, el productor, que venía haciendo un seguimiento de mis trabajos. Nos reunimos, me dio la obra, yo me enamoré de mi personaje, y di el sí. Esto fue hace más de un año.

3) ¿Qué tiene para vos de especial esta obra?

–Todo. En principio, porque soy una actriz de texto, amante de la palabra y de los clásicos. Y Los Invertidos logró conmoverme, antes que por la temática, por la abrumadora inteligencia con la que está escrita. Tiene una estructura dramática ibseniana, muy poderosa, un conflicto intenso, sus personajes están llenos de humanidad, de aristas, relieves y ambigüedades. Sus diálogos son brillantes, activos, determinantes. Nada sobra, todo conduce, todo revela. Me sedujo, también, el desafío de contar esta historia de amores prohibidos en tiempos intolerantes, en tiempos de ignorancia. Es un friso de la aristocracia de 1914, una radiografía de época cruel y amarga.

4) ¿El público está ahora más preparado para recibirla?

–Es muy particular lo que sucede con esta obra. Hay un halo de misterio que la envuelve, que la hace inquietante. A nadie le resulta indiferente. Mucha agua corrió desde su estreno bochornoso en 1914, en que resultó censurada. Creo que, como sociedad, sí tenemos más herramientas, pero no me resulta suficiente ni convincente para concluir que la homosexualidad es un tema superado. El año pasado se aprobó la Ley de Matrimonio Igualitario, un esperado avance en la legislación; sin embargo, yo he visto y escuchado cosas que bien podrían haber salido del texto de Castillo.

5) ¿Cómo creés que hubieses vivido en 1900?

–Si me hubiese tocado la vida de Clara (mi personaje), probablemente hubiese sido muy infeliz. Me hubiesen casado a los 15 y hubiese tenido una vida por demás aburrida; no me veo leyendo libros “decorosos” en el jardín, sonriendo a gente poco interesante en las recepciones de la alta sociedad y llorando en silencio porque ese día resultó más miserable que el anterior.

6) ¿En qué te inspirás o enfocás para trabajar tu personaje?

–Voy de lo general a lo particular. En primer lugar me documento lo más rigurosamente posible. Intento responderme todas las preguntas, reconstruyendo su vida, ya sea verídica o imaginada, para no tener fisuras en la estructura que origina y sostiene a mi personaje. Cuando sé de dónde salió esta mujer, cómo se crió, quién la educó, cuando puedo imaginar cómo fue su niñez, su adolescencia y todas las coyunturas biográficas que la condujeron a este punto cero donde comienza la obra, paso a particularizarla, ciñéndome en el texto, que es de donde se desprende lo más importante: su universo de acciones.

7) ¿Cómo llegaste a Buenos Aires?

–Fue un largo proceso interno, necesitaba un cambio de aire. Todas mis Maias estaban cambiando. Buenos Aires siempre me inspiró. En el 2006, llegué buscando entrenar con Juan Carlos Gené y Augusto Fernandez. Gené se transformó en mi maestro. Luego trabajé en diversas producciones independientes, el Teatro San Martín me abrió sus puertas en tres hermosas temporadas, se desencadenó una continuidad laboral que me fue anclando a la ciudad y como si fuera poco la vida me regaló el privilegio de Minetti, donde Gené me invitó a acompañarlo en escena en la experiencia más inolvidable de mi carrera. Y así, como quien no quiere la cosa, fueron pasando estos cinco años.

8) ¿Y cómo fue que arrancaste con el teatro?

–Mis primeras herramientas fueron a los 17 años en el Teatro del Centro. En el 2000, se publica la convocatoria a nivel nacional para las audiciones del emblemático Teatro El Galpón y todos los jóvenes estudiantes de actuación del país nos volvimos locos. En Uruguay había dos grandes referentes al que uno soñaba entrar, la Comedia Nacional o El Galpón. El Galpón abre su Escuela de arte dramático cada 15 años, con el fin de formar la nueva generación, para su elenco estable. Yo conocía bien su historia, su lucha, sus conquistas como institución cultural –no sólo en Uruguay sino en toda Latinoamérica–, sus valores, y por sobre todas las cosas su compromiso artístico y excelencia formativa. Pasé las instancias de audiciones y quedé entre los 24 jóvenes reclutados para ser la Generación Atahualpa. Cuando egresé, integré como actriz el elenco estable de El Galpón, durante dos años, hasta que decidí buscar nuevos horizontes.

9) ¿Los amores prohibidos “llaman” más al espectador?

–Hay un morbo, un espía interno que moviliza el alma de los seres humanos en torno de lo clandestino. Cuando las máscaras se caen, vemos a los seres desnudos, con sus grandezas y sus miserias, despojados de lo políticamente correcto, de sus personajes sociales, y simplemente despliegan lo que desean ser, algo perturbador y conmovedor sucede.

10) ¿Cuál es tu próxima obra o qué te gustaría hacer?

–En agosto estreno en Teatro del Pueblo Otros Gritos, un texto de Patricia Suárez, María Rosa Pfeiffer y Laura Coton, sobre seis mujeres que vivieron en el marco del Grito de Alcorta, gritando sus angustias y deseos mientras los hombres comenzaban la huelga agraria en 1912. Y en septiembre estreno La Storni, una pieza deliciosa sobre los últimos días de Alfonsina, una mirada particular de Matías Catopodis, talentoso dramaturgo y director. Faltaría algo en cine y estoy completita.

* Maia Francia es una de las protagonistas de Los Invertidos, que se presenta en El Extranjero (Valentín Gómez 3378), los sábados a las 23. Actriz egresada de la escuela de arte dramático de teatro El Galpón (Montevideo), donde desarrolló su carrera hasta que en 2006 vino a Buenos Aires.

Info: www.losinvertidos.com.ar

RECOMENDADO "CLARIN ESPECTACULOS"


Los invertidos

No se puede elegir en el amor




Obra de José González Castillo en versión y con dirección de Mariano Dossena





Mariano Dossena tiene la costumbre de meterse con los clásicos, los políticamente correctos, los políticamente incorrectos… todos aquellos que plantean un desafío desde un texto complejo, una reconstrucción histórica, una mirada contemporánea sobre aquello que ya no es como era.

Esta vez, eligió Los invertidos (sí, pero ya está preparando otra cosa), con el peso además de haber sido puesta en escena por uno de los más grandes directores, Alberto Ure; Y está bárbaro que asuma el desafío y que lo haga desde este lugar, podríamos decir, respetuoso del texto dramático.

En algún punto hace docencia, abre las puertas de un teatro que no es necesariamente revisitado. Y es interesante observar la mirada prejuiciosa y determinista desde la actualidad. No hay texto del pasado que actualizado (la referencia es simplemente a la puesta en escena, son otros los cuerpos, por dar un ejemplo, nomás) no empiece a hablar también desde el presente.

Y ese contraste permite seguir reflexionando.

Además del desafío del material con el que trabaja, otro acierto se produce a nivel de la dirección de actores. La actuación acorta las distancias y reduce un siglo a su mínima expresión y todavía es posible conmoverse, lamentarse, entender y enojarse con aquella sociedad (y con la propia), incapaz de aceptar que “no se puede elegir en el amor.”

Mónica Berman

ELENCO:

Léon Bara

Emiliano Dionisi

Elsa Espinosa

Alejandro Falchini

Maia Francia

Margarita Lorenxo

Gustavo Pardi

Fernando Sayago

Gabriel Serenelli

Daniel Toppino



FICHA TÉCNICA:

Diseño de escenografía y vestuario: Nicolás Nanni

Diseño de luces: Claudio Alejandro Del Bianco

Música original: Diego Lozano

Fotografía: Juan Borraspardo

Diseño web: Ariel Li Gotti

Diseño gráfico: Andrés San Martín

Asistente de iluminación: Alejandro Galerti

Producción: Pablo Silva

Asistente de producción: Tony Chavez – Tatiana D´Agate

Prensa: Silvina Pizarro

Asistente de dirección: Paula Galván

Dirección: Mariano Dossena

El Extranjero – Valentín Gómez 3378 – Tel: 4862 – 7400

Sábados: 23hs

Localidades: $ 50.-



EL CUMPLE DE ELSA ESPINOSA, NUESTRA
PETRONA EN
LOS INVERTIDOS, CUMPLIENDO
SUS 84 JÓVENES AÑOS EN ESCENA



LOS INVERTIDOS EN REVISTA "WATT",
RECOMENDADA POR JOSE MARIA MUSCARI


CRITICA EN "RUMBO SUR"

Crítica teatral de la obra: “Los Invertidos”


En la Buenos Aires del post-centenario, el Doctor Flores, padre y marido, sostiene una relación amorosa paralela con Pérez, su compañero del colegio de internado que compartieron en la infancia. Este tiene ahora una ‘garconiere’ [no confundir con un proletario ‘bulín’] donde no solo se suceden sus encuentros amorosos sino que se celebran festicholas privadas en las que una colección variopinta de homosexuales –que incluye travestidos- ratifica su supuesta fama de ‘alegre’. La mujer de Flores, Clara, recibe el asedio amoroso por parte de Pérez y ello termina de complicar el panorama: el triángulo terminará en tragedia. El “Club” -como lo llaman algunos – por que tiene “socios activos y pasivos” asume entonces una estatura inesperada: es el lugar material que servirá para el público escarnio de una familia de clase media alta porteña.

La intención de re-escenificar, a casi cien años de su estreno, una obra que no entró en la categoría de ‘clásico’ del teatro nuestro, supone un análisis pormenorizado del porqué siempre llamó la atención este texto del prolífico José Gonzalez Castillo [1885-1937]. En esto se embarcaron con entusiasmo Pablo Silva y el director de la actual puesta, Mariano Dossena. No es difícil imaginar que en 1915 la obra fuese objeto inmediato de prohibición. ¿Razón expuesta? : “aliento de las perversiones”. Poner en la picota los excesos y la hipocresía de la clase pudiente era ir demasiado lejos. La pacatería cosmopolitana se revolvió con la misma fuerza que ciertos europeos lo hicieron en 1912 con la nouvelle La Muerte en Venecia, de Thomas Mann. Además, ver en teatro “semejante cosa” era lesivo para la moralina imperante en ciertos núcleos de poder.

En los ’90, el inolvidable maestro Alberto Ure hizo su propia versión y –sin sufrir censura explícita- sí causó escozores, rasquiñas en voz alta y cartas airadas de lectores en diarios conservadores. Pero tras su estreno en el Lorange, pasó con éxito al Municipal San Martín y se prolongó en otra sala privada. Un elenco que sostenían Grimau, Banegas y Jorge Mayor dejó una impronta enmarcada -según este cronista recuerda- por la sobriedad impactante de la escenografía de Sarudiansky.

Pablo Silva y Mariano Dossena, parten del texto original, revisan la versión de Ure y verbalizan su propia visión verbal del tema. El resultado general es positivo: se han aligerado el almidón y cierta solemnidad en el discurso, se ha dinamizado la sucesión escénica. Dossena ha producido una puesta que re-instala lo que de acierto tiene, para nosotros, el original de González Castillo: hurgar el prejuicio del espectador, exponer la intolerancia. Los tiempos han cambiado, sí, pero debajo de lo que podría ser un barniz de modernidad puede esconderse el rechazo. La pieza, tal como fue concebida, tiene una tendencia al melodrama y un final que quizás haya premiado en su época a los más incomodados.

Director y elenco nos permiten repreguntarnos y tomar postura frente a prejuicios que pueden estar aletargados pero latentes.

Sobresalen el Florez de Gustavo Pardi y la Clara de Maia Francia. Fernando Sayago es un convincente Pérez. Emiliano Dionisi compone con idéntica calidad su Julián y un travesti. El resto acompaña con sobriedad. Hay notas grupales levemente discordantes pero que se asordinan con la calidad visual de la puesta –que incluye un vestuario y luces de bien estudiado efecto. POR JORGE PAOLANTONIO.

FICHA TECNICA

Titulo: “Los Invertidos”

Autor: José González Castillo

Versión: Pablo Silva-Mariano Dossena

Elenco: Fernando Sayago, Gustavo Pardi, Maia Francia, Emiliano Dionisi, Daniel Toppino, Alejandro Falchini, Elsa Espinosa, León Bara, Gabriel Serenelli y Margarita Lorenzo.

Musicalización: Diego Lozano

Vestuario y Escenografía: Nicolás Nanni

Luces: Claudio del Bianco

Asistencia iluminación: Alejandro Galerti

Gráfica: Andres San Martin

Fotografía: Juan Borraspardo

Diseño Web: Ariel Li Gotti

Asistencia de Producción: Tony Chavez / Tatiana D´Agate

Asistencia de Dirección: Paula Galván

Producción: Pablo Silva

Dirección General: Mariano Dossena

Sala: EL EXTRAJERO – Valentín Gómez 3378 - Sábados 23:00Hs.

+info: http://www.criticateatral.didascaliasclub.com.ar

GUSTAVO PARDI EN "NOTICIAS"

NUEVA CRITICA DE "LOS INVERTIDOS"





El amor y la hipocresía, revisados






En la Buenos Aires del post-centenario, el Doctor Flores, padre y marido, sostiene una relación amorosa paralela con Pérez, su compañero del colegio de internado que compartieron en la infancia. Este tiene ahora una ‘garconiere’ [no confundir con un proletario ‘bulín’] donde no solo se suceden sus encuentros amorosos sino que se celebran festicholas privadas en las que una colección variopinta de homosexuales –que incluye travestidos- ratifica su supuesta fama de ‘alegre’. La mujer de Flores, Clara, recibe el asedio amoroso por parte de Pérez y ello termina de complicar el panorama: el triángulo terminará en tragedia. El “Club” -como lo llaman algunos – por que tiene “socios activos y pasivos” asume entonces una estatura inesperada: es el lugar material que servirá para el público escarnio de una familia de clase media alta porteña.
La intención de re-escenificar, a casi cien años de su estreno, una obra que no entró en la categoría de ‘clásico’ del teatro nuestro, supone un análisis pormenorizado del porqué siempre llamó la atención este texto del prolífico José Gonzalez Castillo [1885-1937]. En esto se embarcaron con entusiasmo Pablo Silva y el director de la actual puesta, Mariano Dossena. No es difícil imaginar que en 1915 la obra fuese objeto inmediato de prohibición. ¿Razón expuesta? : “aliento de las perversiones”. Poner en la picota los excesos y la hipocresía de la clase pudiente era ir demasiado lejos. La pacatería cosmopolitana se revolvió con la misma fuerza que ciertos europeos lo hicieron en 1912 con la nouvelle La Muerte en Venecia, de Thomas Mann. Además, ver en teatro “semejante cosa” era lesivo para la moralina imperante en ciertos núcleos de poder.

En los ’90, el inolvidable maestro Alberto Ure hizo su propia versión y –sin sufrir censura explícita- sí causó escozores, rasquiñas en voz alta y cartas airadas de lectores en diarios conservadores. Pero tras su estreno en el Lorange, pasó con éxito al Municipal San Martín y se prolongó en otra sala privada. Un elenco que sostenían Grimau, Banegas y Jorge Mayor dejó una impronta enmarcada -según este cronista recuerda- por la sobriedad impactante de la escenografía de Sarudiansky.

Pablo Silva y Mariano Dossena, parten del texto original, revisan la versión de Ure y verbalizan su propia visión verbal del tema. El resultado general es positivo: se han aligerado el almidón y cierta solemnidad en el discurso, se ha dinamizado la sucesión escénica. Dossena ha producido una puesta que re-instala lo que de acierto tiene, para nosotros, el original de González Castillo: hurgar el prejuicio del espectador, exponer la intolerancia. Los tiempos han cambiado, sí, pero debajo de lo que podría ser un barniz de modernidad puede esconderse el rechazo. La pieza, tal como fue concebida, tiene una tendencia al melodrama y un final que quizás haya premiado en su época a los más incomodados.

Director y elenco nos permiten repreguntarnos y tomar postura frente a prejuicios que pueden estar aletargados pero latentes.

Sobresalen el Florez de Gustavo Pardi y la Clara de Maia Francia. Fernando Sayago es un convincente Pérez. Emiliano Dionisi compone con idéntica calidad su Julián y un travesti. El resto acompaña con sobriedad. Hay notas grupales levemente discordantes pero que se asordinan con la calidad visual de la puesta –que incluye un vestuario y luces de bien estudiado efecto.



FICHA TECNICA

•Titulo: “Los Invertidos”
•Autor: José González Castillo
•Versión: Pablo Silva-Mariano Dossena
•Elenco: Fernando Sayago, Gustavo Pardi, Maia Francia, Emiliano Dionisi, Daniel Toppino, Alejandro Falchini, Elsa Espinosa, León Bara, Gabriel Serenelli y Margarita Lorenzo.
•Musicalización: Diego Lozano
•Vestuario y Escenografía: Nicolás Nanni
•Luces: Claudio del Bianco
•Asistencia iluminación: Alejandro Galerti
•Gráfica: Andres San Martin
•Fotografía: Juan Borraspardo
•Diseño Web: Ariel Li Gotti
•Asistencia de Producción: Tony Chavez / Tatiana D´Agate
•Asistencia de Dirección: Paula Galván
•Producción: Pablo Silva
•Dirección General: Mariano Dossena
•Sala: EL EXTRAJERO – Valentín Gómez 3378 - Sábados 23:00Hs.




http://didascaliascriticateatral.com/2011/05/05/el-amor-y-la-hipocresia-revisados/#more-128

ENTREVISTA A GUSTAVO PARDI

“Estoy en un buen momento profesional”



Nació en el barrio de Recoleta el 23 de agosto de 1978, comenzó a estudiar teatro como consecuencia del inmenso amor que desde su niñez tiene por el cine. Se formó en la Escuela Municipal de Arte Dramático de Lomas de Zamora; en Andamio ´90 (la escuela de Alejandra Boero); y en seminarios con Eugenio Barba, Walter Neira, Rubén Szuchmacher, Hernán Zabala y Augusto Fernandes, entre otros destacados maestros. Durante esos primeros años de estudio formó parte de un grupo con el que hacía teatro en escuelas y pequeñas giras por centros culturales de la provincia de Buenos Aires. “A los 14 años ya me conocía la filmografía de Bergman, Fellini y Chaplin. Quería sentirme parte de la magia que experimentaba al ver a los grandes actores componer y transitar todo tipo de emociones”, cuenta el actor.

¿Qué es la actuación para usted? ¿Qué significa en su vida?
La actuación es mi profesión, y es lo que amo hacer. Con todo lo que eso significa.

¿Qué le pareció “Los invertidos” la primera vez que la leyó?
La leí hace muchos años, y me encantó. Tiene una estructura muy sólida, y es excepcionalmente jugada para su época. Siempre me resultó una obra atractiva, muy poderosa.

¿Cómo fue su proceso de trabajo y creación en “Los invertidos”?
Fuimos entrando de a poco en la época, en el contexto social de ésta familia aristocrática de principios de siglo. Leímos mucho material sobre el tema, sobre “el higienismo” y la historia de la homosexualidad en nuestro país. Y abrimos charlas sobre la homofobia, la discriminación, la repercusión de la ley de matrimonio igualitario, comparando aquella época con la nuestra, lamentablemente encontrando coincidencias sobre los prejuicios que hoy siguen vigentes en muchos aspectos. A partir de ahí fuimos creando, desde adentro hacia fuera, buscando comprender la forma de pensar de estos personajes, sus actitudes por momentos tan hipócritas como pasionales, tan encerrados en sí mismos y pendientes de la mirada del otro, de la sociedad.

¿Cómo es su proceso de trabajo a la hora de encarar un personaje como actor, no solo con “Los invertidos” sino en todas sus obras?
Leer todo lo que pueda sobre el autor, sobre los temas de la obra en cuestión. Busco influencias en el cine, en la música y hasta en la pintura. Por otra parte, me dejo llevar por cada director y su orientación hacia esa búsqueda. Me gusta conversar con ellos, escucharlos, verlos trabajar, en fin, conocerlos para entrar un poco en su cabeza y descifrarlos.

¿Qué dificultades tuvo en los ensayos?
La obra es clásica, y es un melodrama que roza con el género del folletín. Componer éstos personajes sin caer en manierismos ni “vicios actorales” fue difícil. Trasladamos algunos pasajes para que no sonaran impuestos, siempre jugando en el límite.

¿Qué le pareció la obra terminada?
Estoy orgulloso de formar parte de ésta puesta de Mariano, que ha contado con una producción impecable de Pablo Silva. Creo que tiene mucho corazón, el elenco es muy sólido, todos tienen su momento y lo aprovechan al máximo. La escenografía y el vestuario de Nicolás Nanni forman una bellísima recreación de la época, la oscura música original de Diego Lozano acompaña cada momento con gran intensidad, los claroscuros creados por Claudio del Bianco en las luces nos envuelven y crean climas excepcionales. Todos hemos realizado un trabajo con mucho compromiso, por lo que puedo decir que es un producto muy interesante para ver.

¿Cómo conoció a Mariano Dossena?
Nos contactamos a través de gente en común. Aunque nunca pude ver “El tiempo y los Comway” (ya que yo estaba haciendo temporada en el mismo espacio con “Los 7 locos”), me habían hablado maravillas de él y de su forma de trabajar; además de saber que su puesta fue todo un éxito. Por eso no dudé un instante cuando me convocó para “Los invertidos”, y me sentí muy alagado.

¿Cómo es Mariano como director? ¿Cómo trabaja?
Es adorable. Tiene una paciencia infinita y cuida a los actores porque los ama. Y lo transmite. Da mucho espacio para proponer y debatir. Y busca la renovación constante ensayo tras ensayo. Es un placer trabajar con él y con él equipo que supo armar. Colocó el énfasis en que la obra cuenta la historia de un amor trágico.

¿Esperaba este éxito o lo sorprende? ¿Cómo lo vive?
Uno siempre espera que las obras funcionen, que sean bien recibidas. Pero con “Los invertidos” las expectativas quedaron cortas. Tenemos sala llena todos los sábados y las devoluciones (desde colegas y críticos hasta público desconocido) son muy positivas. Estoy viviendo éste momento con mucha felicidad, y sé que el resto del equipo también.

¿En qué otros proyectos está actualmente?
Estoy presentando “La importancia de llamarse Ernesto”, la única comedia que escribió el genial Oscar Wilde, con dirección de Hugo Álvarez en la sala Corrientes Azul. Por suerte, allí nos está yendo también estupendamente. Sala llena y muy buena repercusión en los medios. En mayo estreno una particular versión de “Macbeth”, con dirección de Laura Silva en el Teatro del Sur. Vengo de grabar unas participaciones en “El elegido” (Telefé) y “El puntero” (Canal 13), y en breve comienzo a filmar un largometraje. Puedo decir que estoy en un buen momento profesional.
OTRA EXCELENTE CRITICA DE "LOS INVERTIDOS"



Los invertidos o el dolor de ser


La obra de Gónzalez Castillo cobra dimensión en una época en la que se avanza sobre los drecehos de las minorías como una didáctica de lo que no puede volver a ocurrir.
Por Teresa Gatto

"Es feo ser digno de castigo, pero poco glorioso castigar"

M. Foucault


Cuando en el mes de marzo conversamos sobre la obra con Maia Francia, teníamos claro que el tema sigue teniendo una vigencia enorme dado que muchos prejuicios se transformaron en otros, pero siguen siendo eso, prejuicios.

La obra dirigida por Mariano Dossena, que José González Castillo escribió a principios del Siglo XX aborda el tema de la sexualidad desde un paratexto, su título “los invertidos” que resuena de muchas maneras ya que es justamente a fines del Siglo XIX y del XX cuando ciertas teorías, que en virtud de un auge de la ciencia, se arrojan la potestad de nomenclar, juzgar, castigar y purgar de la sociedad a aquellos que no se ajustan a las normas.

La obra comienza en el extremo izquierdo del escenario, con la iluminación del cuadro Dante y Virgilio en el Infierno de Bouguereau, las luces se apagan y la escena pasa sin más trámites al extremo derecho del escenario en donde en un despacho blanco, austero, recto y prolijo, un adolescente, Julián, encarnado por un brillante Emiliano Dionisi, lee con profundo interés y toma notas, de un informe redactado por su padre, el Dr. Flores, a cargo de un correcto Gustavo Pardi. El informe, escrito en un lenguaje altamente codificado, el científico, aborda con un tinte higienista el caso de un asesinato en el que un homosexual está envuelto y parece buscar atenuantes para un homicidio que visto desde una óptica determinista, era irremediable, pues los genes han traicionado al “anormal”, al “invertido”.

En esos dos planos, un garçonier encubierto, coronado por una visión del pecado y la asepsia de un hogar de pocas palabras y muchas leyes tácitas, se llevará a cabo la puesta que siempre trabaja en la ambigüedad desde esos mismos planos partidos en los que la verdad y el engaño desandan un triángulo que estallará en mil pedazos.

En el centro mismo de una tríada, conformada por el Dr. Flores, su amigo desde el internado, Pérez, a cargo de un bien plantado Fernando Sayago, se encuentra la esposa del primero, Clara, en la piel de una estupenda Maia Francia que revalida laureles, ya que no sólo hace carne un texto difícil por la solemnidad de la época, al igual que sus compañeros, sino que además asume el rol de una madre y esposa de más edad que la suya y lo hace orgánicamente.

El logro de Dossena no sólo radica en hacer creíbles situaciones que hoy parecen arcaicas pero que aún susurran reclamos en las voces más recalcitrantes de la sociedad sino también en evidenciar cómo la intolerancia y el engaño son una misma moneda. Ya que todos resultan engañados y aún las supuestas víctimas tienen algo que ocultar.

El diseño de vestuario de Nicolás Nanni colabora con lo narrado y el escenográfico, que también le pertenece, es una piedra fundamental no sólo por cómo resuelve el espacio y apela a pocos pero contundentes objetos, sino porque juega en la ambivalencia de lo claro y lo oscuro. Lo sórdido y lo supuestamente recto. El deseo contenido que sólo es capaz de estallar allí en el garçonier, va a contagiar al otro espacio con un delito mucho mayor que una simple elección sexual a los ojos de estos tiempos, pero imposible de soportar en épocas en las que el deber ser y el qué dirán funcionaban (y aun lamentablemente funcionan), marcando vidas, cercenando deseos y por sobre todo, tirando debajo de la alfombra la mugre de esas vidas construidas sobre la falsedad. Del mismo modo, el diseño de iluminación , en manos de Gustavo del Bianco, juega un papel fundamental efectuando los contrastes que se disparan desde el texto y abarcan el espacio saturándolo en cada caso de la luz adecuada a las acciones.

El resto del elenco Daniel Toppino, Alejandro Falchini, Elsa Espinosa, León Bara, Gabriel Serenelli y Margarita Lorenzo desempeña sus roles con gran sincronía con lo narrado y Dionisi vuleve a lucirse jugando el papel de una travesti en el bulín oculto de Pérez.

Que las clases altas están impregnadas de una gran hipocresía en muchos casos, no debería asombrarnos ya que fueron ellas quienes a fines del XIX y el XX diseñaron un proyecto de país liberal, escindiendo de sus relatos oficiales todo aquello que pudiera diseñar una Argentina en dónde mulatos, cautivas, inmigrantes o invertidos fueran una mácula para una nación blanca, explotadora de los más débiles y por sobre todo, en la que éstos con sus voces pudieran socavar el poder monolítico y necesario para prevalecer en el tiempo. Cuando González Castillo estrenó fue censurado de inmediato, por suerte hoy nuevos vientos de libertad no envejecen la puesta sino que refuerzan para las generaciones más jóvenes un enunciado que merece ser tenido en cuenta: todos tenemos los mismos derechos o los privilegios no son para unos pocos. De este modo el engaño, la doble vida y moral, se vuelven innecesarios.


Ficha Artística / Técnica:

Autor: José González Castillo
Versión: Pablo Silva-Mariano Dossena
Elenco: Fernando Sayago, Gustavo Pardi, Maia Francia, Emiliano Dionisi, Daniel Toppino, Alejandro Falchini, Elsa Espinosa, León Bara, Gabriel Serenelli y Margarita Lorenzo.
Música Original: Diego Lozano
Diseño de Vestuario y Escenografía: Nicolás Nanni
Diseño de iluminación: Claudio del Bianco
Asistencia de iluminación: Alejandro Galerti
Diseño Gráfico: Andres San Martin
Fotografía: Juan Borraspardo
Diseño Web: Ariel Li Gotti
Asistencia de Producción: Tony Chavez / Tatiana D´Agate
Asistencia de Dirección: Paula Galván
Producción: Pablo Silva
Dirección General: Mariano Dossena

Funciones: Sábados a las 23
Teatro El Extranjero
Valentín Gómez 3378, (mapa) Ciudad de Buenos Aires
Tel.: 4862-7400


http://www.puestaenescena.com.ar/teatro/518_los-invertidos-o-el-dolor-de-ser.php

"LOS INVERTIDOS" EN REVISTA
"MONTAJE DECADENTE"


CRITICA DE "LOS INVERTIDOS" EN "LA NACION"


















Drama
Los invertidos
Mariano Dossena acertó en su adaptación de este texto de 1915


Sábado 30 de abril de 2011 Publicado en edición impresa.


AUTOR: JOSE GONZALEZ CASTILLO DIRECCION: MARIANO DOSSENA INTERPRETES: GUSTAVO PARDI, FERNANDO SAYAGO, MAIA FRANCIA, EMILIANO DIONISI, ALEJANDRO FALCHINI, DANIEL TOPPINO, ELSA ESPINOSA, LEON BARA, GABRIEL SERENELLI Y MARGARITA LORENZO ESCENOGRAFIA: NICOLAS NANNI Y PAULA GALVAN MUSICA ORIGINAL: DIEGO LOZANO SALA: EL EXTRANJERO, VALENTIN GOMEZ 3378 FUNCIONES: SABADOS, A LAS 23 DURACION: 60 MINUTOS
Nuestra opinión: buena


En teatro, el paso de los años deja huellas nítidas en algunas obras, sobre todo en aquellas muy ligadas a las formas, creencias o prejuicios de una época. Claro que, esas huellas, no siempre son contraproducentes. El texto de Los invertidos , de José González Castillo, es un claro ejemplo de ello. Estrenada a principios de 1900, la pieza exponía, por primera vez, de manos de un autor argentino, el tema de la homosexualidad en los escenarios porteños. El escándalo fue mayor y la representación prohibida por las autoridades municipales. La cultura de la sociedad atravesaba una etapa donde no había plafond para audacias como la de González Castillo.

En 1990, Alberto Ure rescató el texto a través de una puesta que, como la anterior, fue controvertida, pero no provocó ninguna interdicción oficial. Esa ausencia de censura, en un contexto histórico distinto, no significaba, empero, un buen recibimiento. La obra seguía suscitando un escozor similar al del pasado en ciertos núcleos sociales, que expresaban su incomodidad por determinadas escenas de la puesta y por el hecho de que el tema fuera tratado tan abiertamente en una obra teatral. Ni siquiera reparaban en que en algún fragmento del texto se calificara a una elección diferente a la heterosexual como un "vicio" reprobable.

Para quienes suponían que la pieza condenaba la homosexualidad, Ure, en un artículo escrito en aquel momento y recogido luego en el libro Sacate la careta , decía que González Castillo no la había concebido la historia con ese fin, sino para dejar constancia de la situación trágica que provocaban ciertas pasiones y elecciones sexuales denostadas por la moral de un período. De ese modo, rechazaba un enfoque simplificador del libro, al que consideraba artísticamente más complejo. Y abría la compuerta a una lectura más profunda y enriquecedora de sus posibilidades dramáticas.

En una adaptación que le es propia, aunque siga algunas líneas de la de Ure, el joven director Mariano Dossena revaloriza ese aspecto de la obra, que es su virtud más rescatable: la de las consecuencias trágicas a que llevan la intolerancia y la represión de lo distinto. Con pequeños ajustes al texto que ayudan a una mejor dinámica escénica, pero respetan lo esencial del lenguaje de época -que a menudo suena retórico y pasado de moda-, este director provoca y logra un efecto difícil: potenciar y resaltar en esa visión del pasado los componentes de actualidad que tienen.

Porque, aunque la realidad haya hoy cambiado mucho y se haya consagrado en la ley la igualdad del matrimonio entre personas del mismo sexo, el espectador no puede sustraerse a la sensación de que los comportamientos de rechazo a lo distinto siguen aquí, al lado suyo. Debilitados tal vez, amparados quizás en maquillajes o artilugios verbales distintos, pero igual de atrabiliarios que en los comienzos del siglo XX. Igual de intemperantes ante lo diverso.

La puesta tiene un marcado refinamiento en lo visual y el elenco se desempeña en un nivel general muy aceptable, con sus puntos más altos en los trabajos de Maia Francia (Clara) y Gustavo Pardi (doctor Florez). Es un mérito nada despreciable en una obra que requiere composiciones muy complejas y donde es posible desbarrancar en ciertos pasajes en el ridículo. Acaso la labor que peca de mayor exterioridad sea la de Fernando Sayago, en un papel que realmente es muy peliagudo y sinuoso. Por su parte, la música y la iluminación cumplen sus roles con una eficacia paralela a la puesta.

Alberto Catena
http://www.lanacion.com.ar/1369460-los-invertidos
"LOS INVERTIDOS" EN FOTOS
























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CRITICA EN REVISTA "IMPERIO"



Homofobia o denuncia? x Walter Duche

LOS INVERTIDOS/ Controvertida historia para revisar el pasado

Es 1914, Jose Gonzalez Castillo escribe los invertidos, una obra que habla sobre la homosexualidad entre un hombre y su amigo de la juventud(quien tambien gusta de la mujer de su amigo), y de los excesos libertinos de una seria de personajes. La obra se edito con un cartel en la tapa que decia:"Prohibida sus representaciones por la intendecia municipal".

1990. Este año se conoce una notable version de la de la obra en el teatro San Martin, dirigida por Alberto Ure, con Antonio Grimau, Cristina Banegas y Lorenzo Quinteros

2010. Ley de matrimonio igualitario en la Argentina- 10º pais en el mundo, de 198 registrados en la ONU

2011. Tenemos una nueva version de LOS INVERTIDOS en el teatro de Buenos Aires. Teatro rico, extenso, que parece no conocer limites, Tampoco tuvo limites Gonzalez Castillo para escribir esta pieza, que no quiso seguramente escandalizar, sino mostrar un signo de epoca, con una mirada...¿Homofobica o de denuncia?

Gran dilema si se toma en cuentaque quienes renegaron de la obra homofobica, no contemplaron el espiritu anarquico de Gonzalez Castillo, un señor que nacio a fines del siglo XIX, quien convivio y no quieso contreaer enlace civil con su mujer y que intentaba detractar a la burguesia de su momento

Me quedo con la necesidad de retratar la hipocresia de la sociedad que lo rodeaba, de mostrar personajes urbanos, de sacar a la luz una problematica que mostraba que la homosexualidad, se redimia con el suicidio. Hoy esta obra merece verse para entender de donde venimos

Varios valores hay que destacar en esta puesta en el nuevo y confortable teatro EL EXTRANJERO, Primero, el esfuerzo de produccion de escenografia, la creacion de una musica original, un vestuario acorde a la epoca en que se desarrolla la obra, que es creible y de gran calidad

Se suma un elenco parejo que permite el lucimiento de Daniel Toppino, Emiliano Dionisi, y Leon Bara, en tanto se destaca Gabriel Serenelli, en su composicion del ofendido Fernandez

Dificil tarea la de Maia Francia, que resuelva muy bien en escena al encarar una esposa de alta posicion, que de pronto descubre que hay otra vida, otros personajes marginales fuera de su mundo de muñecas de comienzo de siglo XX

Mencion aparte merece el duelo actoral entre Gustavo Pardi y Fernando Sayago encarnando a los dos amigos enredados desde jovenes en un gran amor prohibido. Dos jovenes actores que merecen mayores escenarios, ambos con gran presencia y dotes actorales. Sus Registros de miradas complices, sus duelos verbales, sus besos apasionados, los muestran muy integros a sus personajes, permitiendo una amplia gama de matices en sus composiciones durante el desarrollo de la obra

Mariano Dossena tuvo que articular estos elementos, logrando una obra que fluye durante casi dos horas con aceitado ritmo

Walter Duche
ENTREVISTA A FERNANDO SAYAGO



"EL DIA QUE ESTA OBRA NO GENERE MÁS CONTROVERSIA, DAREMOS UN GRAN PASO COMO PERSONAS"

¿Cuándo comenzó tu interés por la actuación?
Cuando terminé la secundaria, me debatía entre seguir una carrera formal (un poco por mandato familiar) o seguir mis instintos. Como el mandato era muy fuerte, hice las dos cosas, me anoté en el CBC para seguir Ciencias Económicas (carrera que abandoné prontamente) y en mis tiempos libres estudiaba piano y teatro. La música me acompaña desde chico, es una amante que me sigue subyugando. Y el teatro que al principio empezó como un juego (y una manera muy divertida de conocer lindas chicas) se transformó con el tiempo en mi trabajo formal y en mi elección de vida.

¿Cómo te formaste actoralmente?
Estudié un tiempo en la EMAD y paralelamente con Lorenzo Quinteros, con él estuve cuatro años, que los considero la base de mi formación actoral. Después hice un montón de talleres y seminarios, pero creo que uno aprende sobre el escenario, actuar es un oficio y se aprende haciendo con el público ahí enfrente. Soy técnico de sonido también, hago música electrónica, remixo, edito, masterizo en mi propio estudio y doy clases. Es algo paralelo que hago con la misma intensidad que la actuación.

¿Qué impresión te dio la obra la primera vez que la leiste?
La obra ya la conocía, pero como una especie de mito, no había visto la puesta de Ure, pero sí recuerdo las publicidades en canal 13 y en la radio, siempre me dio curiosidad. Cuando la leí no podía creer que esa obra haya sido escrita en 1914, me pareció un hallazgo, como un tesoro que uno encuentra, un texto maravilloso, con personajes tan bien trazados, con una historia y una estructura dramática impecable. A Mariano Dossena lo conocía por nombre, no personalmente. Él me convocó para hacer el personaje de Pérez, que es una de las patas en este triángulo amoroso.

¿Cómo es Pérez?
Es un personaje increíble, mucho más para la época en que fue concebido, es un ser deseante que lleva a cabo sus deseos, sin importarle quien puede dañar con eso, es un ser ambivalente y dionisíaco, todo un desafío para actuar.

¿Cómo es tu proceso de trabajo a la hora de encarar un personaje?
Los procesos de trabajo van cambiando de acuerdo a los directores y la obra que tenés enfrente. No es lo mismo hacer teatro de texto que algo más performático. En este caso, con Mariano trabajamos mucho sobre el texto, es muy rico y tiene mucho movimiento, con palabras que ya casi no se usan hoy en día, con mucha riqueza en la construcción semántica. El trabajo fue, al principio, adentrarse en ese texto, dejarse inundar por las palabras, como pasa con casi todos los textos que están bien escritos. El actor solo tiene que dejarse llevar por el movimiento que el autor pensó para el personaje, dejarse fluir por eso, por las imágenes, te diría que es mucho más fácil actuar un texto bien escrito que uno malo donde uno no tiene de dónde agarrarse. Después todo lo que uno le agregue (cómo camina, cómo habla, qué le pasa, los vínculos, el espacio, las temperaturas, los climas, el movimiento interno del personaje, el vestuario) ayuda a definirlo, a darle su entidad dramática en el escenario.

¿Cómo fue tu experiencia con el director?
Con respecto al trabajo con Mariano, verdaderamente fue muy placentero. Él tenía muy claro a dónde quería llegar y, como todo buen director, marcó el camino, pero nunca me dijo cómo, es decir: me mostró por dónde iba el asunto pero me dio mucha libertad para crear. Sólo había que lanzarse y confiar, que es algo que él me transmitió desde el primer día, mucha confianza. Y sobre todo hizo hincapié en la actuación, venía y te pedía cosas: “probá esto, probá lo otro, ahora fijate en tal movimiento, en tal palabra”. Hacía referencia a cómo te modifica el otro en tal momento, un trabajo muy minucioso sobre cómo articular la actuación y el texto, las distintas intensidades y texturas y así se dio, muy fluidamente.

¿Alguna dificultad que quieras contarnos?
Quizás la mayor dificultad con este trabajo consistió en hacer creíble un personaje de "época" con mucho señoreo, muy elegante, diciendo esos textos y que el resultado de eso no sea de museo, sin caer en estereotipos o solemnidades, ese fue el trabajo y el desafío en sí mismo.

¿Esperabas este éxito de “Los invertidos” o te sorprende? ¿Cómo lo vivís?
No, no me lo esperaba en absoluto, yo vengo del teatro independiente, y me ha tocado por suerte trabajar tanto en proyectos muy exitosos como en otros donde tuvimos que suspender la función porque no venía nadie. Lo del éxito es relativo, no me modifica en cuanto a mi trabajo y mi pasión por hacerlo lo mejor posible. Obvio que es muy gratificante y halagador saber que va bien, y que se agotan las entradas y que a la gente le gusta el trabajo que hacemos.

¿Qué es la actuación para vos? ¿Qué significa en tu vida?
La actuación para mí es mi trabajo y mi vida, un camino de autoconocimiento y de crecimiento constante, y también una manera de pensar y vivir en este mundo de otra manera. Siempre el trabajo del actor se completa con el público, y en este caso, siento que esta obra sigue generando polémica hoy en día. El día que esta obra (y en particular el tema de la homosexualidad) no genere más controversia, daremos un gran paso como personas. Cuando lo diferente deje de ser la novedad, habremos desterrado mucho miedos y echado mucha luz sobre un tema que sigue generando discursos totalmente absurdos en tiempos de matrimonio igualitario. Nos queda mucho todavía por recorrer con este tema, y Castillo fue un avanzado en plena época de higienismo, en tratar este tema. La sociedad en general sigue siendo muy hipócrita, y mientras lo siga siendo esta obra dará que hablar.


Escuchá su música en:
www.soundcloud.com/ferdinand
www.myspace.com/fersaya
EMILIANO DIONISI EN "LA NACIÓN"




En primer plano Lenguajes que se cruzan


Emiliano Dionisi, entre el trapecio, la actuación y la danza


Dos espectáculos ya lo cuentan en sus elencos: Los invertidos, de José González Castillo, y Se alquila, con una condición, de Diego Casado Rubio. Los sábados sale de una función y corre para hacer la otra. Emiliano Dionisi se define como hiperactivo y dice que no quiere perderse nada. Así entonces es que agrega una nueva experiencia a su semana laboral. Acaba de estrenar, en El Cubo, Perderte otra vez , con dirección de María Rosa Frega. A los cinco años sus padres lo llevaron a estudiar con Hugo Midón y desde entonces reconoce que el teatro es su refugio; tanto que, a esta altura de su vida (tiene 24 años), ni se anima a poner en dudas su vocación. Actor destacado en espectáculos como El señor Martín , De hombre a hombre o Titulares , entre otros, Dionisi da cuenta en la entrevista con La Nacion de un costado creativo que resulta inesperado: su interés por la danza, el teatro físico, la acrobacia, el circo. "Es que me gusta fundir lenguajes", dice tímidamente. Y eso es lo que hace en su primera experiencia unipersonal, Perderte otra vez . El proyecto nació originalmente como un cuento que el actor escribió y que luego necesitó trasladar al escenario. Convocó a María Rosa Frega ( La suplente ) y juntos fueron dando forma a un grupo de situaciones que muestran a un hombre que espera una cita. En ese lapso, su presente y sus fantasías respecto de la cita irán dando cuenta de aspectos de su personalidad. En el espectáculo, la comedia y la acrobacia se dan la mano. "Soy hiperactivo y siempre estoy buscando hacer cosas -cuenta el intérprete-. Me lleno de clases, por ejemplo. Un día me di cuenta de que tenía que dejarme huecos para no hacer nada. Al personaje de este espectáculo le sucede algo similar. Un día se levanta y reconoce que sólo tiene que esperar a su cita y descubre que el hecho de no hacer nada lo complica. Así jugamos con la idea de lo que él piensa, a partir de su inactividad y su propia realidad." Aunque la carrera de Emiliano Dionisi es pequeña, dada su juventud, ha alcanzado logros muy importantes. Sin embargo, no la construye de manera planificada. "Siempre tengo el vértigo de que no tengo un plan -dice-. Las cosas me van sucediendo. Intento no especular y hacer aquello que me hace feliz. La mejor carta de presentación es el trabajo. Todo lo hago desde un costado de intuición, paso a paso y respetando mis inquietudes. Estudio mucho, eso me gusta (acaba de ingresar a la carrera de Circo de la Universidad de San Martín, que conduce Gerardo Hochman), pero es en el trabajo donde verdaderamente salgo modificado."
LOS INVERTIDOS EN "DIONISIO" Los invertidos: Lo no dicho y lo que es necesario decir Les propongo un ejercicio de imaginación. Sitúense en Argentina, más específicamente en Buenos Aires a principio del 1900. Se estrena una obra acerca de un buen padre de familia, abogado exitoso, adinerado, felizmente casado y con dos hermosos niños, con mucama cama adentro, un ejemplo de dignidad y compostura. Pero el Pater esconde un secreto, por las noches se deleita en “extraños” placeres sexuales con un amigo de la infancia en un Club donde los invertidos de la sociedad se reúnen. No es necesario ser demasiado ingenioso para comprender la polémica que la obra desató dentro de la sociedad porteña, controversia que llevó no sólo a caldeados debates sino también a la prohibición de la obra. Se trataba de “Los invertidos” de José Gonzales Castillo, estrenada por primera vez en 1914 y luego repuesta por Alberto Ure en 1990. Ahora, en 2011, el director Mariano Dossena nos trae nuevamente esta magistral pieza, la cual, a pesar del tiempo transcurrido, sigue siendo tan actual como en el momento de su estreno, teniendo en cuenta los debates que ocurrieron el año pasado con la Ley de Matrimonio Igualitario. Es que a pesar de los cambios en la sociedad y de los indiscutibles avances en la materia, la homosexualidad sigue siendo un tema que genera debates, polémicas y discusiones. Es por esto que la obra se vuelve fundamental en los tiempos que corren, porque además de ser interesante a nivel dramático, con una estructura narrativa impecable, nos interpela directamente respecto a los miedos, la discriminación, la hipocresía no sólo de la sociedad de 1900 sino de nuestra propia sociedad actual, donde un tipo de elección sexual que se aleje del par hombre-mujer sigue siendo mirado con recelo. Afirmaciones tales como que los homosexuales “son enfermos”, que “destruyen la familia”, que llevan vidas “licenciosas”, se pueden escuchar en boca de los actores durante la obra, pero bien podrían haber sido dichas tan solo el año pasado por algún diputado, periodista, representante eclesiástico u otro opinador de los que circulan por la fauna mediática de nuestro país. Y es en este sentido que esta obra se vuelve tan importante, ya no sólo a nivel artístico, que de por si lo vale, sino también por la importancia social que tiene el debate de este tema. La obra nos presenta la historia de Flórez, padre y marido ejemplar a vista de todos, y su relación con su amigo de la infancia, Pérez, quien a su vez desea a la mujer del primero, Clara, quien se convierte en el vértice de este triángulo de intrigas, mentiras y tensiones que finalmente degenera en una tragedia. Esta es una de esas obras que es necesario ver, una que promueve el debate y genera una reflexión pero que además es narrativa y dramatúrgicamente interesante. Porque muchos de los fantasmas que rodean a Flórez, muchos de sus temores, la imposibilidad de vivir una vida como él quisiera, de ser quien es, son productos de la sociedad de su tiempo, llena de desprecio, hipocresía e incomprensión ¿Pero qué hay de todo esto en nuestra sociedad actual? "Los invertidos" se presenta todos los sábados a las 23 horas en la sala El extranjero, Valentín Gómez 3378, teléfono 4862- 7400, $40. Con la dirección de Mariano Dossena y las actuaciones de Fernando Sayago, Gustavo Pardi, Maia Francia, Emiliano Dionisi, Daniel Toppino, Alejandro Falchini, Elsa Espinosa, León Bara, Gabriel Serenelli y Margarita Lorenzo. + Información: http://www.losinvertidos.com.ar/ http://dionisio-teatro.blogspot.com/2011/04/los-invertidos-lo-no-dicho-y-lo-que-es.html
ENTREVISTA A DIEGO LOZANO, CREADOR DE LA MÚSICA DE “LOS INVERTIDOS” “Los invertidos” es una de las obras más cuidadas y prolijas en las que he participado


Tenía tan sólo tres años cuando Diego Lozano comenzó a tocar el piano, uno chiquito que su abuela le había regalado para motivarlo y acercarlo al mundo de la música. Su padre, también músico, lo inspiró e instruyó desde muy pequeño. “En mi infancia pasaba de María Elena Walsh a Los Beatles, y en casa se escuchaba mucho bolero y jazz. Luego agarré la guitarra y a los ocho años ya grababa mi música en un grabador doble cassettera de aquellos tan "modernos" por los años 80. Mi viejo me enseñó a grabar una pista y luego desarmar el cassette, dar vuelta toda la cinta y grabar otro track encima de lo anterior. Eso me partió la cabeza”, asegura. Nació en Buenos Aires el 18 de agosto de 1971. A los 24 estrenó su primer espectáculo. Lleva en estos quince años de profesión 94 espectáculos estrenados y siete más a estrenarse antes de junio de 2011. “En cada uno un recuerdo o una anécdota. En todos hubo algún desafío y representaron un crecimiento a nivel profesional y personal. Hubo éxitos y fracasos rotundos, pero más allá de los resultados, lo más importante es disfrutar del trabajo, con humildad y agradeciendo a cada paso”, afirma el músico. ¿Cómo es tu proceso de trabajo a la hora de hacer la música de una obra? ¿Por dónde empezás? ¿Cómo sigue? Los caminos son muy diferentes dependiendo del espectáculo. A veces empiezo por la letra (cuando es una canción), o con la guitarra. Muchas veces caminando por la calle, pero por lo general improvisando en el piano es como surgen las ideas. Luego empiezo a pensar en timbres, sonidos, estilos, efectos, dinámica, silencios, y de a poco se va armando. Es muy mágico y difícil de explicar, y de alguna manera no deja de ser un juego, como cuando era chico. ¿Cómo te formaste? Estudié en muchos lugares, pero en realidad en ninguno porque siempre me aburrió la estructura académica. Me aburro con facilidad. Prefería jugar improvisando, o sentarme frente a una partitura y atarme a lo que allí decía. Igualmente creo que es importantísimo el estudio y es una materia pendiente que en algún momento rendiré. ¿Cómo conociste a Mariano Dossena? Llegué a Mariano por medio del productor Pablo Silva, con quien ya había trabajado en otros proyectos. Me incorporé al equipo de "El tiempo y los Conway" en 2008 y pegamos muy buena onda de entrada. Después vino "Nadie plancha como yo", que fue el otro extremo en todos los aspectos pero el mismo placer y entendimiento para laburar. Y como no hay dos sin tres, repetimos nuestro entendimiento en “Los invertidos”. ¿Supiste desde un principio qué querías hacer en “Los invertidos” con sólo leerla o fuiste descubriéndolo a lo largo de los ensayos? El proceso fue en dos partes. En 2010 cuando comenzaron los ensayos me sumé a uno de ellos y vi un par de escenas muy poco trabajadas, me era difícil entender a fondo de que iba la cosa. Pero tenía la pauta del director. Una música ceremoniosa, entre melancólica y trágica, antigua, pero contemporánea. Complicado integrar todo eso en un leit motiv. Pero cuando en enero retomamos los ensayos, de un tirón salió todo. Primero el loop y esas notas sueltas en piano. Luego los bronces que atacan hasta explotar y finalmente la soprano que esta directamente asociada al personaje de Maia, y todo su sufrimiento. Una vez que encontré el leit motiv, se lo mandé a Mariano por mail y a los 5 minutos me llamó muy contento y emocionado. De ahí en más empieza un trabajo un poco más técnico que tiene que ver con cronometrar las escenas, cuántos minutos y segundos se necesitan para cada instante, cuántas partes y en qué intenciones, cómo empieza la música, cómo termina, etc, etc, etc. ¿Hubo alguna dificultad en el trabajo que quieras compartir? No se si llamarla dificultad, pero se me ocurre esto. Cuando decidí utilizar una voz como parte de la música, dudé si usar un tenor o una soprano. Es decir, una voz masculina o una femenina. Ya la obra plantea todo un tema a nivel sexual y sabía que podría subrayar algo equivocado o incluso sugestionar al espectador. Finalmente me cerró más contar el sufrimiento de Clara con la soprano y contar musicalmente el amor y pasión entre Pérez y Flórez desde las cuerdas y los vientos. Es interesante escuchar el resultado final del trabajo y recordar que cada parte tiene un porque. Todo el tiempo hay que tomar decisiones como estas para que la música se integre al resto de los rubros artísticos y técnicos. ¿Qué te pareció la obra terminada? “Los invertidos” es una de las obras más cuidadas y prolijas en las que he participado. No se ve detalle librado al azar, desde el trabajo de Mariano con los actores y su puesta y estética general, pasando por el maravilloso vestuario y escenografía, la iluminación que brinda un clima perfecto para cada escena y por supuesto los que verdaderamente "transpiran la camiseta", los actores, que son un lujo. Estoy feliz de ser parte del proyecto. El público acompaña, disfruta, y las críticas destacan estas mismas cosas, o sea, el ideal que uno espera cuando estrena una obra. ¿O no? ¿Cómo es Mariano como compañero de trabajo? Mariano sabe mucho de teatro, pero mucho de verdad. Y tiene algo fundamental a la hora de dirigir. Él desde el principio sabe lo que quiere. Lo tiene clarísimo y lo transmite a la perfección. Disfruto del proceso creativo y agradezco su confianza. Y como si fuera poco, además es divertido y se lo ve disfrutar de su trabajo. Mira cada una de las funciones como si fuera un espectador ajeno a todo, eso me asombra. Es bárbaro trabajar con gente apasionada por su trabajo. ¿En qué otros proyectos estás actualmente? Estrené una versión muy divertida de "Los tres chanchitos" que dirige Héctor Presa. También con él estoy componiendo "Duende verde" y "Una vuelta más de María Elena". También estoy componiendo para "Dolly Guzmán no está loca", un nuevo unipersonal de Mónica Cabrera con quien vengo trabajando desde hace varios años. Aparte de componer y arreglar, otro trabajo que disfruto mucho tiene que ver con la dirección musical, entrenamiento vocal y arreglos vocales. En este caso haremos "Robin Hood" con Omar Calicchio y Osqui Guzmán. También dirige Presa. Y lentamente comenzando con "El varieté de las tabas" con dirección de Noralih Gago y "Espectros" de Ibsen que dirigirá Mariano Dossena en el CCC. Además de “Los invertidos” en El extranjero, actualmente están en cartel: "Esperando la Carroza, el musical" y "Nadie plancha como yo" en el CCC, que también dirige Mariano Dossena. Visiten la página oficial de Diego Lozano: http://www.diegolozano.com.ar/